Maju Lozano y Nilda Sarli en Mil Vidas El estudio recibió a Maju Lozano, quien, en compañía de Nilda Sarli para el ciclo Mil Vidas, se animó a abrir puertas que muchas veces la memoria prefiere dejar cerradas. La conversación se fue desplegando entre risas, silencios y una honestidad sin filtro, cuando la entrevistada se dispuso a hablar sobre cómo los problemas de salud mental de su padre marcaron su infancia y su comprensión de la familia. Reflexiones sobre la infancia “Y ahora, con mucha terapia encima, uno tiene una mirada más tierna con los padres”, reconoció. Ya no hay espacio para la dureza sin explicación, ni lugar para la crítica fácil: “Más comprensiva, más... viste que hay un momento donde uno critica mucho a su mamá, a su papá”. La realidad de su padre Su padre, bipolar. Así lo dijo, con la crudeza de quien ya no necesita endulzar ni disfrazar lo que dolió: “Mi papá era bipolar, así que fue una infancia bastante cruda en ese aspecto, sobre todo porque en ese momento se sabía muy poco. Fue una vida muy atormentada por sus crisis y sus internaciones largas, sus curas de sueño. Fue bastante complejo en ese aspecto”. La incomprensión de la niñez “Mi mamá me decía: ‘Papá está enfermo’. Enfermo, ¿qué? Porque para mí era un señor que se sacaba, rompía todo, te cagaba a trompadas, qué sé yo.” La incomprensión y la rabia de la niñez vuelven en palabras crudas. “Había muchas cosas muy fuertes y me costaba entender que eso era un papá. Yo quiero un papá que haga asados”. Una carcajada y, detrás, el dolor y la ironía de quien creció esperando una normalidad que nunca llegó.